domingo, 20 de marzo de 2011

.......Y para finalizar el conocimiento de nuestro cuerpo .....

MEDULA



La médula espinal corre a lo largo y en el interior de la columna vertebral que la protege.
Comienza en el agujero occipital y la primera vértebra cervical (atlas) y llega hasta el comienzo de la segunda vértebra lumbar. De allí se prolonga por el filamento terminal hasta el coxis. Aquí se agrupan multitud de ramas nerviosas, denominadas cola de caballo por su disposición .
La médula espinal es centro, junto con los ganglios laterales, del sistema neurovegetativo que rige la vida vegetativa. Origina los nervios raquídeos o espinales que, en relación con el cerebro, se dirigen a las distintas partes del cuerpo, con función tanto motora como sensitiva. Para ello, a lo largo de su trayecto, envía ramificaciones a través de cada intersticio situado entre vértebra y vértebra, constituyendo de esta manera los treinta y un pares de nervios que constituyen el sistema nervioso periférico.



BRAZO


Los huesos de los miembros superiores comienzan con el hombro formado por la cintura escapular, de forma triangular aplanada, y por la clavícula, situada delante de la anterior, que es larga y curvada. La articulación del hombro es muy móvil, lo que permite mover el brazo en todas las direcciones, esta articulación junto con la de la cadera es una de las más importantes en el cuerpo humano. El hueso del brazo es el húmero, largo y robusto; el antebrazo lo forman dos huesos, el radio y el cúbito. El radio termina en el codo con articulación y el cúbito presenta (en correspondencia con el codo) un saliente que no permite al antebrazo plegarse cuando está distendido en línea recta con el brazo. Con los dos huesos del antebrazo se articula en su parte inferior la mano,

COLUMNA



Al cráneo le sigue la columna vertebral que está formada por las vértebras. Las vértebras son una serie de anillos colocados sobre todo de manera que el orificio central de cada una se corresponda con el del superior y el del inferior, de tal manera que en el centro de la columna vertebral existe una especie de conducto por el cual pasa la médula espinal, órgano nervioso de fundamental importancia. La articulación que se interpone entre una vértebra y la vértebra siguiente permite la movilidad de toda la columna vertebral, garantizando a ésta la máxima resistencia a los traumas. Entre una vértebra y otra existen los discos cartilaginosos, que sirven para aumentar la elasticidad del conjunto y atenuar los efectos de eventuales lesiones. Las vértebras son 33 y no son todas iguales; las inferiores tienen mayor tamaño porque deben ser más resistentes para realizar un trabajo mayor. Las primeras siete vértebras se denominan cervicales; la primera se llama atlas y la segunda axis. A las cervicales les siguen doce vértebras dorsales que se continuan a través de las costillas y se unen al esternón cerrando la caja torácica mediante los cartílagos costales, protegiendo los órganos contenidos en el tórax: corazón, pulmones, bronquios, esófago y grandes vasos. La columna vertebral continúa con las cinco vértebras lumbares. A éstas siguen otras cinco vértebras soldadas entre sí, que forman el hueso sacro y, por último, las últimas cuatro o cinco, rudimentarias, casi siempre soldadas entre sí, que toman el nombre de coxis o hueso caudal. 


COSTILLA


Las costillas son huesos largos elásticos, dispuestos a ambos lados del tórax, totalizan veinticuatro. Anteriormente, una o dos costillas flotantes se unen al esternón, hueso aplanado, dispuesto verticalmente.

CRANEO



Los huesos de la cabeza son veintidós, de los cuales ocho, estrictamente ligados entre sí, encajados unos con otros (fijos), forman el cráneo o calota craneal que protege al cerebro. Estos son: uno frontal, dos parietales (en la parte súpero-lateral), dos temporales, el occipital (nuca); el esfenoides (en la base del cráneo), y el etmoides (entre este último y el frontal). En la cara los huesos son: maxilares, cigomáticos, nasales y la mandíbula, que sirve para la masticación, es el único hueso móvil de la cabeza.

MANO



La mano está formada por una serie de trece huesecillos: ocho llamados huesos del carpo, que son los que forman la muñeca, cinco denominados metacarpianos y que corresponden a la superficie dorso-palmar de la mano. Los dedos de la mano están formados por la primera, segunda y tercera falanges (el pulgar tiene sólo dos). 

PELVIS



Cavidad del cuerpo humano, en la parte inferior del tronco. Contiene la terminación del tubo digestivo, la vegija urinaria y algunos órganos correspondientes al aparato genital, principalmente en la mujer.
PIE



A los huesos de la pierna se articulan los del pie: el calcáneo, el astrágalo, los huesos metatarsianos, los de los dedos, que tienen tres falanges, excepto el primero que tiene dos. 



PIERNA


Los miembros inferiores están unidos al hueso sacro por medio de un sistema de huesos que se denomina cintura pélvica o pelvis, y que está formada por la fusión de tres huesos: ilión, isquión y pubis. Con la pelvis se articula el fémur, hueso de la cadera que es el más largo y más robusto de todo el cuerpo. En su parte inferior, el fémur se une a la tibia y al peroné, que son los dos huesos de la pierna. Esta unión tiene lugar en la articulación de la rodilla, de la que forman parte la rótula y los meniscos (dos discos cartilaginosos cuya rotura es muy frecuente en algunos deportistas) interpuestos entre los cóndilos femorales, la tibia y el peroné. 

GUSTO



Las partículas sápidas en estado sólido, líquido o gaseoso, que se disuelven en las papilas de la lengua mediante la saliva, son los excitantes que provocan las sensaciones gustativas. Los gustos, como los olores, son infinitos y, debido a la dificultad de su clasificación, se refieren a la sustancia que los produce. Se dice corrientemente "esto sabe a apio o a menta", pero las cualidades gustativas m s elementales, irreductibles entre s¡ y desligadas por completo del olfato, se reducen a cuatro: salado, dulce, ácido y amargo. Lo salado se percibe en todas las regiones de la mucosa lingual. La punta de la lengua aprecia mejor lo dulce, y detrás de ella hay una zona absolutamente insensible. En los bordes de la lengua se gusta mejor el sabor ácido, y en la base lo amargo. La cantidad de saliva que se segrega depende de la clase de alimentos y de la intensidad con que se gusta. Así, un limón produce mucha más secreción salivar que un simple caramelo de esencia de limón. Es tal la relación que existe entre el gusto y el olfato, que los vinos generosos pierden su sabor característico si al probarlos se tapa la nariz. Por eso los catadores de vino no aprecian bien sus cualidades cuando están afectados de coriza. El vulgo afirma igualmente que las comidas resultan insípidas cuando uno se encuentra muy resfriado. Puede masticarse ajo y cebolla sin percibir el menor sabor si uno se tapona las fosas nasales con bolitas de algodón.


OLFATO


El sentido del olfato está  alojado en las cavidades de la nariz. El excitante normal de las sensaciones olfatorias son las partículas gaseosas o volátiles, que se disuelven en la membrana pituitaria.
Para que se aprecie la sensación, es suficiente que una cantidad infinitamente pequeña se disuelva en aquella mucosa. La cualidad propia del olfato son los olores, agradables o no. Los puros se clasifican en:
  • Florido: olor a rosa, a jazmín, a violeta.
  • Fructífero: olor a naranja, a manzana.
  • Pútrido: hedor a carne consumida, basura.
  • Aromático: olor característico del café, de la vainilla, de las especies en general.
  • Ardiente: olor a eucaliptos, a pino.
  • Etéreo: propio de la bencina, del éter.
  • Aliáceo: el producido por el ajo y similares.
El olor es la cualidad sensorial más difícil de precisar

OIDO



Consta de tres partes: 
  • oído externo, 
  • oído medio y 
  • oído interno. 
El oído externo comprende el pabellón de la oreja, que recoge y concentra las vibraciones del aire, y el conducto auditivo externo.
El oído medio o caja del tímpano es una cavidad abierta en el hueso temporal, en comunicación con la faringe por medio de un conducto llamado trompa de Eustaquio. Esta cavidad se comunica con el conducto auditivo externo por medio de la membrana del tímpano, que está tensa y cierra el paso entre ambos; en su interior hay tres huesecillos articulados: martillo, yunque y estribo.
El oído interno, que es llamado laberinto, limita con el oído medio por la ventana oval y la redonda. Dentro de este laberinto óseo se halla el laberinto membranoso. Ambos están bañados por un líquido llamado perilinfa, y llena el interior del membranoso otro que recibe el nombre de endolinfa. En el laberinto óseo se distingue el vestíbulo, con dos bolsas: urtículo, de la que parten los tres canales semicirculares, y sáculo, en la que tiene su origen el caracol. Este contiene en su interior y en toda su longitud los órganos de Corti, que tienen capital importancia porque poseen las terminaciones del nervio auditivo. Las vibraciones aéreas pasan a través del conducto auditivo hacia la membrana timpánica; ésta las comunica a la cadena de huesecillos, los cuales, dispuestos como palancas articuladas, las refuerzan y amplifican, dirigiéndolas a la perilinfa y después a la endolinfa, excitando las células sensoriales del caracol que forman el órgano de Corti. La excitación nerviosa es transmitida por el nervio auditivo a los centros correspondientes de la corteza cerebral, en donde se transforma en sensación auditiva. 

OJO



El órgano visual está alojado en la órbita, cavidad ósea que le sirve de protección. Consta de tres membranas concéntricas, llamadas esclerótica, coroides y retina y de tres cuerpos transparentes denominados humor acuoso, cristalino, y vítreo.
La esclerótica es la membrana más extensa y resistente; se la designa "blanco del ojo" por ser de este color; en su parte anterior tiene adosada la córnea transparente.
La coroides está situada debajo de la anterior y es de color oscuro. Posee un disco vertical, el iris, de color variable, el cual tiene un pequeño agujero llamado pupila.
La retina es la membrana más interna y está debajo de la coroides.
El nervio óptico (primer par craneal), al atravesar la esclerótica y la coroides por su parte posterior, se ramifica en numerosas fibras que contribuyen a formar esta membrana. La entrada de este nervio en la retina se llama punto ciego, y es insensible a la luz; todas las demás partes gozan de gran sensibilidad, sobre todo en la "mancha amarilla".
El humor acuoso es un líquido incoloro que llena el espacio comprendido entre la córnea y el cristalino, especie de lente biconvexa dispuesta después del iris y que tiene la propiedad de contraerse buscando la perfecta visión.
La cámara posterior del ojo, situada entre el cristalino y la retina, está rellenada por una sustancia consistente, que tiene aspecto gelatinoso, a la que se da el nombre de humor vítreo.
El mecanismo de la visión se puede entender mejor al comparar el globo ocular con la cámara oscura de una máquina fotográfica; el cristalino como si fuera el objetivo; el iris, el diafragma; y la retina sería la placa o película. De esta manera los rayos luminosos penetran en la córnea y en el humor acuoso, pasan por la pupila. Al llegar al cristalino, y siguiendo las leyes de refracción de las lentes biconvexas, se cruzan, dando una imagen invertida, mientras el cristalino se acomoda, enfocando la imagen en la retina y consiguiéndose una visión clara. 


TACTO



La piel transmite las sensaciones táctiles o de contacto; éstas pueden ser finas (epicríticas) o más groseras (protopáticas); son transmitidas al neuro eje por los nervios sensitivos (sentrípetas) al que llegan por la raíz posterior correspondiente.
En la cara y la cabeza, éstas son las fibras sensitivas de los nervios craneanos que transmiten los influjos sentrípetos. Los centros de la sensibilidad táctil (siempre conciente) están en la circunvolución parietal ascendente por el mismo camino hacia los mismos centros de la piel; transmite las sensaciones de temperatura y de dolor (termoalgesias) que son no solamente una fuente de información sino también de origen de reflejos y de reacciones de defensa.
La piel protege además al cuerpo de las agresiones excesivas del calor y del frío, no solo por su espesor y revestimiento sino también por la excreción del sudor.






















Sigamos conociendo nuestro cuerpo ........

CORAZÓN




El corazón está ubicado en la cavidad toráxica, directamente detrás del esternón, desplazado hacia el lado izquierdo. Sus paredes de tejido muscular son reforzadas por bandas de tejido conectivo y todo el órgano está recubierto por tejido conectivo llamado pericardio. Tanto el corazón como todos los vasos están revestidos por una capa de células aplanadas llamada endotelio que evita que la sangre se coagule.
El corazón se divide en cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos.
Las aurículas reciben la sangre del interior del organismo y la impulsan a los ventrículos, éstos propulsan la sangre que reciben a todo el cuerpo (no hay comunicación inter-auricular ni inter-ventricular).
Por su función de bombeo el corazón está provisto de válvulas (aurícula y ventrículo) que al cerrar herméticamente evitan el retroceso de la sangre: válvula tricúspide, entre las dos cavidades derechas (aurícula y ventrícula); válvula bicúspide o mitral, entre las dos cavidades izquierdas; y válvulas semilunares, en el origen de las arterias aorta y pulmonar que parten de los ventrículos.

PECHO


PIE

PIERNA




APARATO DIGESTIVO



En este aparato se lleva a cabo el proceso de la digestión que consiste en ingestión, transporte, digestión y absorsión del alimento.

Estos procesos pueden ser realizados a través de la secreción de hormonas y enzimas.
El aparato digestivo consta de:
  • cavidad bucal,
  • faringe,
  • esófago,
  • estómago.
  • intestino delgado,
  • intestino grueso,
  • glándulas anexas: glándulas salivales, hígado, páncreas, ano y recto.
BOCA



Ubicada en el tramo inicial del sistema, adopta un formato oval en su diámetro anteroposterior (corte sagital medio). Se halla dividida en dos sectores por los arcos dentales.
Sus límites topográficos son: en la parte superior el paladar; en la parte inferior la lengua y base bucal; y a los lados por los dientes, encías y mejillas. El paladar separa la boca de la cavidad nasal para evitar que las materias alimenticias pasen a la cavidad nasal. La lengua, dientes y glándulas salivales funcionan en la ingestión y digestión; en el hombre, la lengua y dientes sirven también para articular el lenguaje.
El órgano sobre el que se apoya el sentido del gusto es la lengua.
La lengua es un músculo grueso y carnoso recubierto por una mucosa que presenta diversas granulaciones y finos surcos perceptibles a simple vista. En la parte axial de su cara superior se observa un surco longitudinal que va desde la punta hasta más allá de su mitad, seguido de dos series de granulaciones bastante grandes, que convergen en el eje de la lengua y forman una V al revés a la que se llama uve lingual. Por su cara inferior, la parte anterior de la lengua tiene un repliegue mucoso, que la une a la mucosa bucal: es el frenillo de la lengua.
La mucosa que recubre la lengua es asiento de numerosos pequeños órganos más o menos mamelonares, llamados papilas gustativas, que nos permiten apreciar el sabor de los alimentos que ingerimos. Son de diferente forma o aspecto: filiformes, de textura filamentosa y que ocupan toda la porción de la cara dorsal situada delante de la uve lingual; fungiformes, en forma de hongo, rojizas, muy visibles y en número de unas 150 a 200, calciformes, que constan de un botón central rodeado de un surco dando forma a la uve lingual.
Para que una sustancia tenga sabor debe ser total o parcialmente soluble en la saliva.
Sólo podemos percibir cuatro sabores: el amargo, el dulce, el ácido y el salado. El amargo se aprecia en la base de la lengua; el dulce en la punta; el ácido en la punta y los bordes; y el salado en toda la superficie.
Ciertas áreas de la lengua son insensibles. Los sabores complejos de los alimentos, como el sabor a pescado, a ajo, a vino, etc; son el resultado de la unión de sensaciones gustativas con las olfativas; por eso cuando estamos resfriados la comida nos parece insípida.

ESÓFAGO









Es un conducto musculoso, dirigido directamente hacia abajo, desde la faringe al estómago.
La contracción de los músculos de la pared de la faringe y la presencia del bolo alimenticio en la porción superior del esófago provocan una onda contráctil, única, rítmica y potente de las paredes del esófago llamada onda peristáltica que impulsa el bolo hacia el estómago.
Su comunicación con el estómago está regulada por un anillo de músculo liso llamado esfínter, lugar donde se produce la popular hernia diafragmática.

ESTÓMAGO







Está situado a la izquierda del abdomen, debajo de las costillas, inmediatamente por debajo del músculo diafragma, que es el que separa el tórax del abdomen.
Se divide en tres regiones, una superior o región del cardias, una media o fondo y otra que se extiende hasta la apertura del intestino delgado llamada región pilórica.
Las capas musculares del estómago son muy gruesas y tienen fibras diagonales, circulares y longitudinales.
La mucosa del estómago contiene millones de glándulas gástricas microscópicas que secretan mucus y jugo gástrico (con enzimas y ácido clorhídrico).


FARINGE


Es un conducto de unos trece centímetros que está en contacto con la laringe (perteneciente al aparato respiratorio) y que por medio de una válvula, la epiglotis, cierra la entrada del bolo alimenticio a las vías respiratorias.
La faringe se comunica con las fosas nasales, los oídos y el esófago.


HIGADO


El hígado, la glándula más grande del cuerpo humano, de color rojo oscuro, ocupa el lado derecho del abdomen y alcanza en el adulto un peso aproximado de 1.500 g. En el hígado se aprecian dos caras: una superior, convexa, que se halla adosada al diafragma, y otra inferior, de forma cóncava, que se encuentra apoyada parcialmente sobre el estómago y el intestino.
En esta última cara se pueden distinguir tres surcos en forma de H que dividen al hígado en cuatro lóbulos, cada uno de los cuales, a su vez, está dividido en varios lobulillos.
El hígado cumple en el cuerpo humano una múltiple función: 
  1. Función desintoxicadora: Todas las sustancias tóxicas que llegan al hígado desde el estómago y los intestinos son transformadas en sustancias no perjudiciales para el organismo, que luego son excretadas al exterior.
  2. Función biliar: El hígado elabora diariamente unos 750 cm3 de una sustancia muy importante en el proceso digestivo, denominada bilis. Esta no contiene enzimas digestivas, sino que su importancia en la digestión viene determinada por su contenido ensales biliares, que facilitan la digestión de las gotas de grasa y hacen solubles los productos finales de la digestión de las propias grasas para que puedan pasar a los vasos linfáticos a través de la mucosa intestinal. El hígado secreta la bilis de forma constante y no intermitentemente, quedando almacenada en la vesícula biliar hasta que su presencia es requerida por el intestino. Cuando esto ocurre, la vesícula vacía su contenido bajo el efecto de la colecistoquinina, la misma hormona que pone en marcha el mecanismo de la secreción de enzimas por el páncreas.
  3. Función de síntesis: El hígado interviene en la síntesis de vitamina K, fundamental en el proceso de coagulación, y también sintetiza urea a partir del amoniaco formado durante la digestión, urea que será eliminada por la orina. 


INTESTINOS


Intestino Delgado
En esta porción ocurre la mayor parte de la digestión enzimática y casi toda la absorción.
Es un tubo arrollado, de unos siete metros de longitud y de aproximadamente algo más de dos centímetros y medio de diámetro.
El intestino delgado se subdivide en duodeno, yeyuno e íleon, que se continúa con el intestino grueso por medio de la válvula ileocecal. 
Intestino Grueso
En él continúa la absorción de agua del quimo y gracias a sus glándulas segregantes de moco, que protege al epitelio, lubrica las heces y neutraliza los productos ácidos del metabolismo bacteriano.
El intestino grueso está ubicado en el abdomen, tiene forma de U invertida.
Continúa al intestino delgado y debe su nombre a que su diámetro es mayor y sus paredes más gruesas que el segmento precedente.
Comienza con una dilatación cerrada llamada ciego de la que parte un tubo en forma de gusano, el apéndice vermiforme: su inflamación es dolorosa si no se trata a tiempo.
A continuación, el intestino grueso recibe los nombres de colon ascendente, traverso y descendente según su dirección.
El tubo digestivo acaba con una corta porción, el recto, que por el esfínter anal se comunica con el exterior. 

PANCREAS


Es una masa irregular de tejido situada entre el estómago y el intestino delgado.
Consta de tres partes: 
  • cabeza, 
  • cuerpo y 
  • cola.
Secreta el jugo pancreático que contiene enzimas que intervienen en la hidrolización de proteínas, grasas, ácido nucleico y carbohidratos.
También secreta insulina y glucagón que vierte en la corriente sanguínea y es independiente del jugo pancreático que interviene en la digestión.

VESICULA


Es una glándula ubicada atrás del hígado, está delimitada interiormente por el epitelio vesicular biliar y produce los componentes de la bilis.

APARATO RESPIRATORIO


Respiración es el término utilizado para referir al proceso de intercambio gaseoso entre la atmósfera y el organismo. Por su intermedio se asegura la provisión del oxígeno molecular necesario para los procesos metabólicos en los organismos superiores y la eliminación del anhídrido carbónico producido en los tejidos. Este intercambio gaseoso se denomina hematosis. Para su realización el aparato respiratorio consta de un sistema de vías de conducción o vías respiratorias, una porción respiratoria, a cuyo nivel se realizan los intercambios gaseosos y un aparato músculo-elástico que asegura el transporte de los gases.

El aparato respiratorio está compuesto por:
Vías respiratorias: 
  • fosas nasales, 
  • la nasofaringe, 
  • la laringe, 
  • la tráquea, 
  • el árbol bronquio-bronquiolar.
Estas estructuras calientan, humedecen y filtran el aire inspirado antes de su llegada a la porción respiratoria pulmonar. 
Porción respiratoria del pulmón: constituída por el pulmón en donde se encuentran 
  • los bronquiolos respiratorios, 
  • los alvéolos y 
  • el tejido intersticial.


BRONQUIOS


Arbol bronquio-bronquiolar: los bronquios, comienzan en la tráquea, penetran en el pulmón después de un corto trayecto y allí se dividen originando tres bronquios secundarios en el pulmón derecho y dos en el izquierdo.
A partir de éstos, el árbol bronquial se ramifica dicotómicamente en forma desigual. Las primeras nueve a doce divisiones constituyen los bronquios; las ramificaciones siguientes constituyen los bronquiolos, dentro de los cuales se distinguen sucesivamente los bronquiolos propiamente dichos, los bronquiolos terminales y los bronquiolos respiratorios.
Estos se ramifican dando lugar a los conductos alveolares que a su vez originan los sacos alveolares o alvéolos donde se produce el intercambio gaseoso.
En los bronquios intrapulmonares, los anillos son remplazados por placas irregulares distribuidas en toda la circunferencia del conducto y cuya importancia decrece gradualmente hasta que desaparecen en los bronquiolos.
Los bronquios carecen de cartílago y poseen un armazón de fibras elásticas y reticulares que se prolongan hasta la pared alveolar.


LARINGE


Es una estructura alargada de forma irregular que conecta la faringe con la tráquea.
Tiene un esqueleto formado por diversas piezas cartilaginosas y elásticas, unidas por tejido conectivo fibroelástico.
Su contorno se percibe desde fuera por lo que se llama la "nuez" o "bocado de Adán"; contiene las cuerdas vocales, repliegues de epitelio que vibran al pasar el aire entre ellas, produciendo el sonido.

NARIZ


La cavidad nasal, que comienza a partir de las ventanas de la nariz, está situada encima de la boca y debajo de la caja craneal.
Contiene los órganos del sentido del olfato, y está tapizada por un epitelio secretor de moco.
Al circular por la misma, el aire se purifica, humedece y calienta. Si sus capilares se dilatan y el moco se secreta en exceso, la nariz queda obstruída, síntoma característico del resfrío.
El órgano olfativo del sentido del olfato es la mucosa que tapiza la parte interior y superior de las fosas nasales, llamada mucosa amarilla, para distinguirla de la roja, que es la que cubre la parte inferior.
La mucosa roja es de este color por ser muy rica en vasos sanguíneos, y contiene glándulas que segregan un mucus que mantiene húmeda la región.
La mucosa amarilla es muy rica en terminaciones nerviosas del nervio olfativo.
Las fosas nasales presentan tres repliegues, los cornetes, separados por surcos o meatos que se dividen en superior, medio e inferior. Los dos inferiores recubren los cornetes óseos, y su función es aumentar en poco espacio la superficie sensorial.
Los productos volátiles o gases olorosos que se desprenden de las diversas sustancias, al ser inspirados, entran en las fosas nasales y se disuelven, si es que no están suficientemente volatizados, en el mucus que impregna la mucosa. Disgregados en él, excitan las terminaciones nerviosas del nervio olfativo diseminadas en la mucosa. Transmitidas estas excitaciones al centro olfativo de la corteza cerebral, nos producen la sensación de olor. 


PULMONES
Son dos órganos de estructura esponjosa y tienen forma de pirámide con la base descansando sobre el diafragma.
El derecho es mayor que el izquierdo, pues consta de tres partes o lóbulos, mientras que el otro sólo tiene dos. Cada pulmón se compone de numerosos lobulillos, los cuales a su vez contienen los alvéolos, que son dilataciones terminales de los bronquios. Las pleuras son membranas que recubren los pulmones y los fijan en la cavidad torácica.
La función principal del pulmón es la hematosis, en la que tanto el oxígeno como el dióxido de carbono atraviesan la barrera sangre-aire en forma pasiva, por diferencias de concentración (difusión) entre las dos fases. También participa en la regulación de la temperatura corporal.
Alvéolos: son cavidades diminutas que se encuentran formando los pulmones, en las paredes de los vasos más pequeños y de los sacos aéreos. Por fuera de los alvéolos hay redes de capilares sanguíneos. Sus paredes son muy tenues y están compuestas únicamente por una capa de células epiteliares planas, por lo que las moléculas de oxígeno y de dióxido de carbono pasan con facilidad a través de ellas. 


SISTEMA EXCRETOR


El sistema excretor está formado por el aparato urinario que comprende dos glándulas secretoras donde se elabora la orina, los riñones; dos conductos colectores, que recogen la orina a la salida del riñón, los uréteres; un órgano receptor de la orina, la vejiga; y un conducto secretor que la vierte al exterior, la uretra. Las glándulas sudoríparas participan de este sistema excretando entre un 10% y un 5% de deshechos metabólicos a través del sudor que está compuesto por las mismas sustancias que la orina pero en una concentración mucho más baja.
La orina es un líquido transparente, de color amarillento, y lleva disueltas varias sustancias. Un litro de orina contiene normalmente agua, 10 mg de cloruro de sodio y dos productos tóxicos: la urea (25 g) y el ácido úrico (0,5 g). La urea es elaborada en el hígado con los productos procedentes de la combustión de las proteínas y llevados allí por la sangre. Sabido es que, en la respiración celular, el producto resultante es el anhídrido carbónico y el agua, que proceden de la oxidación de los lípidos y glúcidos. De las proteínas procede el nitrógeno que, al no poder ser eliminado por los pulmones, es conducido por la sangre al hígado y transformado allí en urea.
La proporción de urea en la orina aumenta con un régimen alimenticio de carne y disminuye con un régimen vegetariano.
En ciertas afecciones la orina puede contener otras sustancias, por ejemplo en el caso de la diabetes que trae excesiva proporción de glucosa.
La vejiga es una bolsa muscular y elástica que se encuentra en la parte inferior del abdomen y está destinada a recoger la orina que traen los uréteres. Su capacidad, variable es por término medio de un tercio de litro. La uretra es un conducto por el cual es expulsada la orina al exterior, empujada por la contracción vesical; se abre al exterior por el meato urinario y su base está rodeada por el esfínter uretral, que puede permanecer cerrado a voluntad y resistir el deseo de orinar. 


RIÑÓN


Los riñones son dos glándulas de color rojo oscuro colocadas simétricamente a los lados de la columna vertebral, en la región lumbar. Miden 10 cm de largo y pesan unos 150 gr cada uno; el peritoneo, membrana serosa que cubre la superficie interior del abdomen, los sujeta fuertemente contra la pared abdominal. La extremidad superior de cada riñón está cubierta por una glándula endócrina, la glándula suprarrenal.
La sangre que se va a depurar pasa por la arteria renal hasta los riñones y sale por la vena renal. Debajo de la envoltura granulosa, formada por los glomérulos de Malpighi. Dichos glomérulos están constituídos por capilares sanguíneos, arteriolas, y envueltos en la cápsula de Bowman, que es una bolsa que se continúa con el tubo urinífero. Cada riñón contiene dos millones de estos tubos, agrupados en haces piramidales; son los que contiene la orina, la cual pasa a la pelvis renal y de ahí a los uréteres, que son los conductos excretores del riñón que comunican pelvis con la vejiga. La vejiga tiene una longitud aproximada de unos 30 cm y un diámetro de 5 mm. En ella se deposita la orina hasta el momento de su expulsión al exterior.

SISTEMA ENDOCRINO


Las actividades de las distintas partes del cuerpo están integradas por el sistema nervioso y las hormonas del sistema endócrino. Las glándulas del sistema endócrino secretan hormonas que difunden o son transportadas por el torrente circulatorio a otras células del organismo regulando sus actividades. Las glándulas de secreción interna desempeñan un papel primordial en el mantenimiento de las constancia de la concentración de glucosa, sodio, potasio, calcio, fosfato y agua en la sangre y líquidos extracelulares.
La secreción se verifica mediante glándulas diferenciadas, las cuales pueden ser exócrinas (de secreción externa) o endócrinas (de secreción interna). Llamamos glándulas exócrinas a las que están provistas de un conducto por el que vierten al exterior el producto de su actividad secretora, tales como el hígado, las glándulas salivales y las sudoríparas. Y las glándulas endócrinas son aquellas que carecen de conducto excretor y por lo tanto vierten directamente a la sangre su contenido, como por ejemplo, la tiroides, el timo, etc. Existen además las mixtas que producen secreciones internas y externas, como ocurre con el páncreas (produce jugo pancreático e insulina) y el hígado.
Las glándulas endócrinas tienen muchísima importancia, debido a que son capaces de elaborar complejas sustancias con los ingredientes que extraen de la sangre y de la linfa. Estos compuestos, las hormonas, poseen cualidades altamente específicas.
Cada glándula endocrina fabrica su producto o productos característicos dotados de propiedades físicas, fisiológicas o farmacológicas especiales.
Hormona: es una sustancia secretada por células de una parte del cuerpo que pasa a otra parte, donde actúa en muy pequeña concentración regulando el crecimiento o la actividad de las células. En el sistema endócrino distinguimos tres partes: célula secretoria, mecanismo de transporte y célula blanco, cada una caracterizada por su mayor o menor especificidad. En general cada hormona es sintetizada por un tipo específico de célula


SISTEMA MUSCULAR

Las piezas del esqueleto son órganos pasivos que no pueden efectuar movimiento alguno, a menos que intervengan los músculos, órganos activos.
Están formados por células que tienen aspecto de huso, llamadas fibras musculares, las cuales se hallan reunidas en haces o masas.
Estas agrupaciones se encuentran cubiertas por la aponeurosis, que es una vaina o membrana resistente que impide que el músculo se desplace, y el perimisio, otra finísima membrana que, envolviéndolo también, separa unos haces de otros.
El movimiento se logra mediante la contracción de células musculares, que hacen trabajo mecánico al contraerse, en cuyo acto se acortan y ensanchan. Están formadas por las proteínas miosina y actina.
En el cuerpo humano hay tres tipos de músculos: estriado, liso y cardíaco.
Cuando están constituidos por fibras lisas reciben el nombre de músculos lisos y suelen ser de color pálido, tienen lenta contracción y no están sometidos a la acción de la voluntad. Se encuentran en las paredes del tubo digestivo, en las capas medias de las paredes de los vasos arteriales y demás órganos internos.
Si las fibras que los forman son estriadas, se llaman músculos estriados, son rojizos, de contracción brusca y sus movimientos dependen de la voluntad del sujeto. Constituyen las grandes masa musculares que se unen a los huesos del cuerpo.
La función muscular se verifica mediante las siguientes propiedades: excitabilidad, por la cual el músculo responde a un estímulo con una reacción determinada; la contractilidad, mediante la que se contrae al acortar sus fibras; la elasticidad, que permite que un músculo contraido recupere su forma; y la tonicidad, gracias a la cual el músculo queda siempre semicontraido, ejerciendo de modo permanente una acción sobre los huesos a los que está adherido. 

MUSCULOS DE LA ESPALDA


MUSCULOS DE LA MANO






MUSCULOS DE LA PIERNA

















MUSCULOS DEL ABDOMEN

MUSCULOS DEL ANTEBRAZO


MUSCULOS DEL BRAZO

MUSCULOS DEL CUELLO














MUSCULOS DEL GLUTEO


MUSCULOS DEL MUSLO


MUSCULOS DEL PIE


MUSCULOS DE LA CABEZA







SISTEMA NERVIOSO



Los órganos que integran el Sistema Nervioso están formados fundamentalmente por el tejido nervioso cuyos elementos constitutivos son las neuronas y células gliales que dan origen a la sustancia gris formada por los cuerpos neuronales y el neuropilo y la sustancia blanca, formada por las fibras nerviosas o axones y sus vainas.
Desde un punto de vista funcional, la sustancia gris forma centros de procesamiento de la información y en la sustancia blanca se agrupan las vías de conducción aferentes y eferentes y las vías de comunicación de dichos centros entre sí.
La información llega a los centros superiores desde la periferia, pasando por una serie de centros intermedios, y lo mismo sucede con las respuestas que desde los centros superiores llegan a la periferia atravesando un número variable de centros de procesamiento.
En el hombre se distingue el sistema nervioso central, o de la vida de relación, que rige las funciones de relación del organismo con el exterior y el sistema nervioso neurovegetativo o autónomo que preside las funciones de la vida vegetativa.
Atendiendo al origen y función de las fibras nerviosas se divide en dos grandes grupos:
- Sistema Nervioso Simpático: sus fibras se originan en la médula dorsolumbar y su función es descargar energía para satisfacer objetivos vitales.
- Sistema Nervioso Parasimpático: sus fibras nacen en los centros bulbares y sacro e interviene en los procesos de recuperación, se encarga del almacenamiento y administración de la energía.
Ambos sistemas tienen funciones antagónicas y complementarias.
El nervio más importante del sistema parasimpático se llama neumogástrico y sale del bulbo raquídeo. 


CEREBRO


Es el órgano donde radican la sensibilidad consciente, la movilidad voluntaria y la inteligencia; por este motivo se le considera como el centro nervioso más importante de todo el sistema.
Presenta una profunda hendidura que llega hasta el cuerpo calloso y lo divide en dos hemisferios simétricos (izquierdo y derecho).
La corteza cerebral constituye el nivel superior en la organización jerárquica del sistema nervioso; se encuentra replegada presentando pliegues o circunvoluciones y fisuras o surcos.
La corteza cerebral no es homogénea, encontrándose diferencias en el espesor total, en el espesor de las diferentes capas y en la conformación celular fibrilar. 


ENCÉFALO



Constituye la parte del sistema nervioso central contenida dentro del cráneo, y está formado por tres estructuras: el tronco cerebral, el cerebelo y el cerebro.
Formado por un conjunto de cordones blancos que transcurren en dirección longitudinal, el tronco cerebral sirve como unión entre la médula espinal y el cerebro. Se divide a su vez en dos partes: el bulbo raquídeo y la protuberancia. a) Bulbo raquídeo. En forma de tronco de cono, y con una longitud de unos 3 cm, el bulbo raquídeo constituye la continuación de la médula espinal dentro del cráneo. Diseminadas en esta estructura se encuentran unas pequeñas masas de sustancia gris denominadas núcleos, la mayoría de los cuales dan lugar a nervios craneales. b) Protuberancia. La protuberancia anular, denominada también Puente de Varolio, es un órgano que rodea el bulbo raquídeo, comunicándolo con el cerebro y con el cerebelo por su parte posterior. Está formado por varios grupos de fibras nerviosas que se extienden longitudinal y transversalmente, y, como en el caso del bulbo, contiene núcleos de sustancia gris que dan lugar también a algunos nervios craneales.

MEDULA




La médula espinal corre a lo largo y en el interior de la columna vertebral que la protege.
Comienza en el agujero occipital y la primera vértebra cervical (atlas) y llega hasta el comienzo de la segunda vértebra lumbar. De allí se prolonga por el filamento terminal hasta el coxis. Aquí se agrupan multitud de ramas nerviosas, denominadas cola de caballo por su disposición .
La médula espinal es centro, junto con los ganglios laterales, del sistema neurovegetativo que rige la vida vegetativa. Origina los nervios raquídeos o espinales que, en relación con el cerebro, se dirigen a las distintas partes del cuerpo, con función tanto motora como sensitiva. Para ello, a lo largo de su trayecto, envía ramificaciones a través de cada intersticio situado entre vértebra y vértebra, constituyendo de esta manera los treinta y un pares de nervios que constituyen el sistema nervioso periférico.